Mapeando la transición agroecológica en Mendoza
La experiencia de producción de alimentos de la UST. Durante la pandemia, hicimos un relevamiento para visibilizar los desafíos por delante.
Fuente: Nicolás Heredia (2020).
En el año 2021 comenzamos una práctica socioducativa en el marco de la carrera de Geografía de la Universidad Nacional de Cuyo que consistía en acercarnos a la problemática de la producción y acceso a alimentos agroecológicoss en la provincia de Mendoza. Así, conocimos la experiencia de la Unión de Trabajadorxs Rurales Sin Tierra (UST) y de la Federación de Cooperativas Campesinas y de la Agricultura Familiar (FeCoCAF), integrada por siete cooperativas ubicadas a lo largo y ancho de la provincia dedicadas a la producción de hortalizas, frutas, conservas, cabras y su comercialización. A partir del diálogo de saberes se analizaron diferentes problemáticas y acordamos enfocar nuestro trabajo en la realización de un relevamiento del proceso de transición agroecológica que están desarrollando en las fincas. Los resultados van a permitir visibilizar esta alternativa de producción y consumo de alimentos saludables. Al mismo tiempo, al disponer de una herramienta de conocimiento y gestión de la producción agropecuaria, van a fortalecer el trabajo de la UST .
¿Qué son las Prácticas Socioeducativas?
Las Prácticas Socioeducativas constituyen un espacio de formación curricular donde se integran el Aprendizaje en contexto con el Compromiso Social Universitario desde la perspectiva de la Extensión crítica. En las carreras de Geografía de la Universidad Nacional de Cuyo este espacio se llama Extensión y Territorio. Consta de tres etapas para garantizar un proceso formativo integral con los estudiantes. En la primera parte adquieren las herramientas teóricas, metodológicas y contextuales necesarias para desarrollar futuras prácticas socioeducativas. A continuación desarrollamos una práctica socioeducativa en territorio y en diálogo con una organización social. Por último, sistematizamos el trabajo y realizamos una devolución a la organizción atendiendo centralmente a alguna problemática priorizada por la organización. Esta asignatura tiene como objetivo que los estudiantes construyan capacidades y saberes para actuar en espacios sociales y comunitarios aportando a la resolución de problemáticas relevantes.
Las campesinas y campesinos se organizan. La Unión de Trabajadorxs Rurales Sin Tierra
La Unión de Trabajadorxs Rurales Sin Tierra (UST), es una organización social campesina, conformada en el año 2001. Estuvo integrada originalmente por obreros rurales sin tierra que pretendían producir y trabajar en fincas abandonadas de la provincia de Mendoza. Como fruto de la organización, con el tiempo fueron desarrollando actividades para que esto se volviera posible. El primer grupo de obreros empezó trabajando en el distrito de Jocolí, Lavalle. Luego se fueron ampliando a distintos departamentos a lo largo de la provincia. Hoy la UST está integrada por más de 1000 familias de obreros rurales, horticultoras, viñateros, crianceros de cabras y jóvenes artesanos.
Mural conmemorativo de los 10 años de lucha de la UST.
Esta organización lucha por la Soberanía Alimentaria, la Reforma Agraria Integral y la Organización Popular. Se organizan para defender y promover los derechos y el territorio campesino e indígena. Una tarea central es producir alimentos sanos para el pueblo, desarrollando espacios de formación y capacitación, recuperando la voz a través de la comunicación popular, trabajando en salud desde cada comunidad, y rescatando los saberes populares en cada área de trabajo. En estos años de lucha han ido desarrollando la producción e industrialización de alimentos que cuenta con: chacras agroecológicas (distribuidas por los distintos puntos del territorio de Mendoza), pequeñas fábricas artesanales de conservas, pequeñas bodegas de vino artesanal y redes de comercialización e intercambio a nivel local, provincial y nacional.
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Las condiciones de vida en el campo mendocino
Una nota de diario Los Andes (2021) menciona algunas de las precariedades que sufren los productores y trabajadores, sobre todo los arrendatarios cuando, a través de un contrato, el propietario de un terreno agrícola aporta el terreno, las semillas y los instrumentos y el chacarero pone la mano de obra. Muchas veces no hay un contrato escrito, sino de palabra, la vivienda suele ser muy precaria y recién se cobra después de vender la cosecha, si es que no se perdió todo por una contingencia. Además, la mano de obra incluye a la familia del chacarero, involucrando también a otros vecinos productores para que les ayude con las labores a cambio de después ayudarles a ellos.
Organizando la producción. La Federación de Cooperativas Campesinas y de la Agricultura Familiar (FeCoCAF)
Fuente: Nicolás Heredia (2020).
Dentro de la UST existen diferentes estructuras organizativas. Una muy importante son las Cooperativas: agropecuarias, de trabajo, de servicios, de comercializción, entre otras. Inicialmente eran grupos que colectivamente decidían hacer algo en común y venderlo. Luego se han ido sumando cooperativas que ya existían. En función de este processo surge lo que hoy es la FeCoCAF, una estructura de segundo grado, es decir que se corforma a partir de la articulación de las distintas cooperativas en algo más grande. Si un productor cultiva hortalizas es necesario que se asocie a una cooperativa que venda las hortalizas y de esa manera conseguir mejores precios. Tiene como objetivo entonces, por un lado, darle más fuerza a las gestiones de recursos económicos y técnicos, es decir fomentar entre las cooperativas un trabajo común, un trabajo colectivo. Pero además la FeCoCAF les da la oportunidad a las cooperativas para poder tener una representación y una voz frente al Estado y otros organismos, con otras cámaras y otros grupos de productores.
El territorio mendocino. Agricultura de oasis
Las condiciones de aridez en la provincia determinan que la agricultura sólo sea posible mediante sistemas de riego artificiales. De este modo, se evidencia un patrón territorial fragmentado; conformando tres oasis irrigados principales y otros menores que apenas ocupan el 5 % de la superficie provincial. La producción hortícola representa la tercera actividad agrícola en cuanto a superficie luego del cultivo de vid y frutales. En contraste, el resto de la superficie de la provincia permanece como zonas no irrigadas donde se llevan a cabo actividades extractivas o de cría extensiva de ganado caprino.
Fuente: Nicolás Heredia (2020)
La agricultura en Mendoza es una de las principales actividades económicas. De acuerdo a una publicación del diario Los Andes (2021) la producción hortícola se mantuvo en cerca de 30 mil hectáreas entre 1988 y 2018, pero la cantidad de explotaciones se redujo en un 60%. Según el Plan de Ordenamiento Territorial , se denominó Cinturón verde a un sector del área metropolitana de Mendoza comprendido por los departamentos de Guaymallén (La Primavera y Los Corralitos), Maipú (Rodeo del Medio, Fray Luis Beltrán, San Roque y la zona norte de Coquimbito) y el sur de Lavalle (Las Violetas, La Pega y El Vergel). En ese territorio hay una producción para consumo en fresco con más de 50 especies de cultivos (Los Andes, 2021) de hojas (acelga, lechuga, etc.) tomates, papa, cebolla, repollo, entre otros. Según el Censo Nacional Agropecuario ha habido una reducción de la cantidad de explotaciones agrícolas de 7.000 a 2.700 entre 1988 y 2018. Esto muestra claramente que en el sector hortícola durante los últimos 30 años se ha dado un profundo proceso de concentración de la tierra y la producción.
Agroecología: el camino a la Soberanía Alimentaria
La UST viene trabajando hace 10 años con el componente agroecológico. La agroecología constituye una ciencia, un movimiento social y una práctica. En parte es un conjunto de conocimientos sistematizados que tiene como bases técnicas y saberes tradicionales (de los pueblos originarios y campesinos) “que incorporan principios ecológicos y valores culturales a las prácticas agrícolas que, con el tiempo, fueron desecologizadas y deculturalizadas por la capitalización y la tecnificación de la agricultura” (Leff, 2002). Otra definición más reciente la relaciona con la Soberanía Alimentaria. Así la agroecología:
"es el camino para llegar a la soberanía alimentaria porque promueve el cuidado de los suelos, el mejoramiento de la calidad de los alimentos, la producción de cercanía y el precio justo. La soberanía alimentaria tiene que ver con que cada pueblo pueda elegir qué comer, cuándo producirlo y para quién. En la medida que tenemos suelos sanos, autónomos, biodiversos, que nos dan alimentos diversos y de cercanía, que prescindimos de insumos externos, entonces se va reduciendo la dependencia de actores externos para garantizar nuestra alimentación” Francavilla (2021).
Fuente: Andrea Peña (2021).
La transición agroecológica siempre comienza a pequeña escala, en pequeños pasos productivos, para un cambio en las prácticas de manejo. La mayor parte de los productores encuentran más difícil adoptar nuevas prácticas. Este es el caso de productores convencionales, que tienen intenciones de hacer sus sistemas cada vez más sostenibles. Pablo Tittonell (2019) confeccionó un decálogo de 10 principios como guía para que los productores puedan ir adoptando gradualmente la transición, amortiguando y diluyendo el riesgo en diferentes etapas. Este decálogo permite utilizarlo con productores de diferentes escalas, rubros, regiones y continentes. En Argentina la producción agropecuaria es el corazón de la economía y pocas veces se pone en discusión las afectaciones que tienen los niveles de producción actuales.
La transición agroecológica puede involucrar una optimización de prácticas de manejo para aumentar la eficiencia productiva, una sustitución de insumos, o bien el rediseño del sistema de producción.
La experiencia vital de Marcos Cabana
Marcos Cabana, es un horticultor del departamento Lavalle, oriundo de Santa Victoria, Salta. Allí, cuando trabajaba con su familia, no utilizaban agroquímicos para producir los alimentos. Cuado él llegó a Mendoza los tuvo que comenzar a utilizar sin estar muy convencido. Ahora, trabajando de forma conjunta en una cooperativa hortícola, ha vuelto a sus raíces. Sabe por experiencia que se puede cultivar sin inundar de productos químicos a la tierra. Además -reconoce- los altos precios de los esos insumos comerciales han impulsado a muchos a buscar otras formas de trabajar.
Durante una caminata por su finca nos comentó lo siguiente:
“Si le echas el abono a la planta, tiene más sed, come las sales que le echas, se hacen más grandes, pero si lo mandas a analizar los minerales que realmente tenemos que tener en el cuerpo, no lo tenemos... Nos han hecho creer que si no le echamos químicos no se produce y no es así” (Marcos Cabana, 2022).
Cultivo de Brócoli y Acelga en la Finca de Marcos Cabana (Fuente: Cintia Espinoza).
Otro problema que enfrentan algunos productores, sobre todo los arrendatarios, es la pérdida de su lugar de trabajo. El propio Marcos comentó que "dentro de un tiempo más" tendría que abandonar el lugar donde trabaja hace ya 10 años debido a que el propietario vendió las tierras. Esto es lamentable porque le llevó mucho tiempo y trabajo sostenido cambiar esa pequeña parte de tierra que ahora es agroecológica.
Con sus relatos este productor nos hace ver que nos tenemos que poner a pensar en consumir y producir diferente. Por eso se empieza a plantear la necesidad de tomar conciencia de que la ecología es un problema que debe ser resuelto también desde los Estados. Por eso, esta iniciativa plantea que el Estado se haga cargo de fomentar, de acompañar y de financiar estas experiencias de transición.
Haciendo visible la transición agroecológica
En una visita a la FeCoCAF realizada en el año 2021, fuimos recibidos por el equipo de trabajadores de la Federación. Allí conversamos sobre distintas problemáticas e injusticias que ellos observaban en torno a la vida campesina.
Una dificultad que presentaba la UST era la falta de conocimiento sistematizado acerca de la situación y prácticas culturales que realizan los productores que integran las cooperativas. Además no tenían una herramienta para saber cuántas hectáreas están en producción cada temporada y si están siendo manejadas de forma convencional o agroecológica. Para esto se llegó conjuntamente a identificar la necesidad de realizar un relevamiento y georreferenciación de las fincas.
Fuente: Andrea Peña (2021).
Así diseñamos un método de trabajo basado en la utilización del programa ArcGIS. Se construyó participativamente un formulario de relevamiento. Debido al contexto de pandemia, las encuestas fueron realizadas a través de llamadas telefónicas a los distintos productores asociados. Una vez terminadas las encuestas, cada encuestador cargó la información a la plataforma de ArcGIS. También se realizó una visita a campo a un productor hortícola para contar su experiencia en producción agroecológica. Una vez cargada la información procedimos a analizarla.
Resultados del relevamiento
Se relevaron 21 fincas integradas a la FeCoCAF. Las mismas están distribuidas en algunos departamentos de Mendoza como Maipú (Coquimbito, Rodeo del Medio), Guaymallén (La Primavera), San Carlos (Chilecito), Rivadavia (Reducción), Tunuyán (Los Sauces) y sobre todo en Lavalle (Jocolí Viejo, Las Violetas y El Vergel).
Mapa 1. Localización de las fincas relevadas. Fuente: Elaboración propia.
Gráfico 1. Productores relevados según rango de edad.
La mayoría de los productores tienen entre 30 y 45 años, lo que da cuenta de una población fundamentalmente joven y activa. En segundo lugar se ubicó el rango de 45 a 55 años. Esto es relevante cuando comparamos con la edad promedio de los pequeños productores vitivinícolas que ronda los 65 años.
Gráfico 2. Superficie sembrada en la temporada 2020-2021.
Los resultados revelaron que las superficies sembradas son predominantemente pequeñas y medianas. Así la mayoría de los productores cultivó entre 2,5 y 5 has (8 productores). En segundo lugar 6 productores sembraron entre 10 y 20 has.
Gráfico 3. Régimen de tenencia de la tierra
Respecto a la tenencia de la tierra, el 47% de los productores entrevistados, son arrendatarios, un 33% usufructuarios y tan solo el 19% son propietarios. Como ya se mencionó esto parece como un gran desafío a enfrentar: el acceso estable y seguro a la tierra.
Gráfico 4. Variedades de cultivos relevados.
Los cultivos que más se plantaron durante la temporada primavera-verano en el 2020-2021 fueron tomate, melón y alfalfa, y en menor medida otras especies. En el Gráfico 4 se destaca la enorme variadad de cultivos realizados, lo que muestra la predominancia de agroecosistema diversos y multiespecie. En este sentido también se cultivaron durante esa temporada tubérculos (ajo, remolacha y variedad de cebolla), verduras de hojas (acelga, achicoria, espinaca, lechuga) verduras pesadas (variedad de zapallos, papa), también otra diversidad de verduras y algunas frutas.
Acerca del origen de las semillas, algunos optan por guardar, ya que es más económico y se pueden mantener variedades tradicionales. Sin embargo muchos productores todavía deciden comprar las semillas. En algunos casos se utilizan semillas híbridas porque es la que demandan desde los mercados compradores debido, entre otras cosas, a la homogeneidad en los cultivos y mejor aspecto del fruto.
Para el riego, siete productores tienen pozo, pero el resto no, debido a que están en reparación, están rotos o empezó a largar agua salada, entre otros problemas. Es de público conocimiento el problema con el agua, sobre todo en verano. Cada productor tiene turno en diferentes días para poder regar, de los cuales entre 1 a 10 has. terminan de regarse en el turno correspondiente, pero el resto de los productores que tienen más de 10 has. cultivadas tienen dificultad para terminar de regar en el turno otorgado.
Gráfico 5. Relación de la mano de obra con el productor.
En lo laboral, alrededor del 70% de los productores trabajan con su propia familia y familiares que viven cerca ya sea para las plantaciones o cosechas, lo cual la forma de pago es por lo que llaman “torna vuelta". Esto se entiende como devolverle la ayuda ya sea por la plantada o por la cosecha a algún vecino productor. El 28% de los productores trabajan con otras personas que no son de su entorno familiar, esto significa que su labor es por jornal y son pagas.
Gráfico 6. Sistema de manejo del cultivo.
Respecto del control de las plagas y enfermedades, el 57% de los agricultores lo realizan con el uso de bioproductos en sus plantaciones y el 43% siguen usando agrotóxicos. En cuanto a la fertilización, también muchos productores entrevistados usan biofertilizantes (74%) y el resto usa químicos industriales. El control de las malezas se controla por rotación y manejo integrado (85%), pero una pequeña parte sigue usando herbicidas (14%). En síntesis, el sistema de cultivo que manejan estos productores asociados a la organización estaba, al momento del relevamiento, repartido en proporciones prácticamente iguales entre convencional, transición y agroecológico.
La comercialización de la producción se realiza a través de distintas vías: venta directa en finca, mercados concentradores, bolsón domiciliarios, almacén campesino y otros.
En conclusión, se percató que hay muchos productores arrendatarios, lo cual genera un obstáculo para la consolidación de la agroecología ya que sin estabilidad en el acceso a la tierra es muy difícil sostener procesos de mejora del suelo.
Reflexiones finales
Fuente: Nicolás Heredia (2020).
Este trabajo se empezó a realizar en el año 2021, a medida que transcurría el tiempo durante el cursado de la materia Extensión y territorio. Tuvimos complicaciones y restricciones por la pandemia del COVID-19, no se pudieron realizar ciertas actividades previstas para el desarrollo de la práctica socioeducativa. Sin embargo, consideramos que con el trabajo conjunto entre estudiantes, docentes, productores y la organización, se pudo responder a la demanda planteada. Haber trabajado con esta organización, nos lleva a darnos cuenta de que es importante darle más atención a la forma de producción de cultivos ya que uno de sus propósitos es fomentar la agroecología, lo cual lleva a cuidar nuestra salud y es una forma más económica de producir. Tenemos que ayudar a difundir este tipo de prácticas para que dejen de ser una alternativa y pasen a ser la forma predominante de producción de alimentos.