
BIODIVERSIDAD EN RIESGO
Departamento del Guaviare (abril 2019 - marzo 2020)
Los resultados de la estrategia de monitoreo de presiones y amenazas a las áreas con especial significado ambiental, social y cultural en el departamento del Guaviare, demuestran una fuerte presión causada por la apropiación ilegal de tierras para ganaderización y praderización, la apertura de infraestructura vial ilegal y la siembra de cultivos de uso ilícito. Lo que ha llevado a reportar procesos de deforestación que en el periodo comprendido entre abril de 2019 y marzo de 2020 han significado la pérdida de al menos 32.097 hectáreas, que ponen riesgo la biodiversidad, los ecosistemas, las áreas protegidas, los Resguardos Indígenas y sus comunidades asociadas y los corredores de conectividad regionales.
El departamento del Guaviare tiene una extensión de 5’557.922 ha, en las cuales alberga un alto grado de biodiversidad comparado con el resto del país, allí se ha identificado 217 ecosistemas terrestres y acuáticos (SINCHI 2014[1]) y se ha registrado en la red nacional de datos abiertos sobre biodiversidad (SIB Colombia[2]) cerca de 47.000 datos biológicos asociados a plantas, animales y bacterias localizados en estos ecosistemas.
[1] Mapa de Ecosistemas de la Amazonía Colombiana a escala 1:100.000, mediante la integración de las coberturas de la tierra (SINCHI, PNN), clima (IDEAM) y geopedología (IGAC) año 2014
[2] Iniciativa de país nace con el Decreto 1603 de 1994 como parte del proceso de creación del Sistema Nacional Ambiental (Sina), establecido en la Ley 99 de 1993 , y es el nodo oficial del país en la Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad
Dentro de las principales causas de deforestación se identifican la creación y ampliación de lotes existentes para la apropiación ilegal de tierras, apertura y consolidación de infraestructura vial ilegal, siembra de pasturas para ganado, agroindustria y siembra de cultivos de uso ilícito.
ÁREAS CRÍTICAS DE DEFORESTACIÓN Y SU IMPACTO EN LA BIODIVERSIDAD
Vía Calamar – Miraflores
Se calcula una pérdida de al menos 758 hectáreas a ambos lados de la de la vía desde la vereda Agua Bonita hasta el centro poblado de Barranquillita a través de 61 km cuya finalidad es consolidar el ancho de la vía.
Se han afectado al menos 15 ecosistemas terrestres (bosque denso alto de tierra firme) y ecosistemas acuáticos (bosque denso alto inundable asociados a los ríos Unilla, Inírida y Vaupés y en un radio de 5 km al lado de la vía con a menos 755 hectáreas, bosque primario e inundable al oriente del Río Inírida y en los extremos norte y sur de la vía (bosques densos altos de tierra firme afectados directamente por la apertura de lotes para la siembra de cultivos de uso ilícito.
Vía La Paz
Esta vía comunica a la vereda Nueva Barranquillita con la vereda La Paz en el municipio de El Retorno a través de 20 km en donde para el periodo analizado se han tumbado 866 hectáreas al margen de la vía en un radio de 2 km a lado y lado, siendo este el foco de deforestación más elevado en el departamento.
La biodiversidad al margen de esta vía se ve afectada al oriente del río Inírida en un ecosistema acuático (bosque denso alto inundable) y en tres terrestres (vegetación secundaria, bosque fragmentado y denso alto de tierra firme) afectado directamente por la siembra de cultivos de uso ilícito.
A nivel local (Veredas)
Se resaltan las veredas Kuwai y Nueva barranquillita del municipio de El Retorno (municipio con menos extensión en el departamento) cuyos niveles de deforestación son altos, y se relacionan directamente con las vías que están transformado el paisaje y afectando los ecosistemas en mayor medida.
Norte del PNN Serranía de Chiribiquete
Al norte del PNN Serranía de Chiribiquete, en el límite con el Distrito de Manejo Integrado Ariari - Guayabero, se encuentran las veredas Angoleta y Manaviri, las cuales han sufrido procesos de transformación por la dinámica vial (originalmente por la vía marginal de la selva y su efecto espina de pescado de donde se desprende la vía que comunica el centro poblado de Cachicamo con el río la Tunia al interior del Resguardo Indígena Llanos del Yarí - Yaguara II) y de apropiación ilegal de tierras.
Esta área, tanto para la vereda Angoleta como para Manaviri, se da cuenta de la ampliación de algunos terrenos que han sufrido procesos de tumba y quema del bosque, y en las que, además, debido a la sustitución del bosque por pastos, es posible observar durante algunos tramos, la vía que conecta los parches deforestados, recorriendo bajo el dosel del bosque el extremo oriental de San José del Guaviare.
Es importante resaltar que a pesar de que en el año 2019 se realizaron tres operativos de intervención militar de la estrategia contra la deforestación denominados “Artemisa” las veredas Angoleta y Manaviri, en esta mismas zonas se siguen presentando grandes áreas deforestadas, restablecimiento de las viviendas destruidas por parte del ejército y una contante presión en los ecosistemas representados al interior del Área Protegida.
Las nuevas áreas deforestadas no presentan una aglomeración específica, sino que se distribuyen aleatoriamente y generan una fuerte presión en los ecosistemas de bosque primario. Otros ecosistemas involucrados en el proceso de pérdida son los ecosistemas acuáticos (bosque denso inundable) y de vegetación sucesional. La afectación de bosques inundables promueve la alteración de ciclos hidrológicos propios de ecosistemas acuáticos, mientras que la desaparición de vegetación secundaria se traduce en una interrupción de la restauración natural. Finalmente, la pérdida de representatividad de los bosques fragmentados incrementa el aislamiento ecológico de especies de flora y fauna que ya experimentaban perturbaciones.
Reserva Nacional Natural Nukak
La afectación se dió por la apertura de lotes para la siembra de cultivos de coca, se han evidenciado lotes de más de 10 hectáreas llegando a un máximo de 13 hectáreas deforestadas, la media de apertura para toda la reserva es de 2 hectáreas aproximadamente, el total acumulado del periodo es de 657,1 hectáreas.
Corredores de conectividad ecológica
La región amazónica tiene importantes corredores de conectividad que mantienen el flujo de especies entre las diferentes regiones del país, sin embargo, la deforestación los afecta directamente y pone en peligro la funcionalidad de estos corredores.
Afectación a la biodiversidad
Cada una de las zonas críticas de deforestación afectaron directamente los ecosistemas presentes en el departamento, y que albergan especies de especial importancia ambiental, y que podrían ser únicas, además de representar valores turísticos altos (por ejemplo las aves).
En orden de prioridad de transformación las zonas de la vía La Paz y veredas Manaviri - Angoleta son sectores con los mayores índices de pérdida, seguidas por el resguardo indígena Nukak Makú y Sabanas de la Fuga. En último lugar se posiciona la Vía Calamar – Miraflores. Como se mencionó en el apartado anterior en el análisis de distribución, las dos primeras ventanas no solo tienen el grado de transformación más elevado, sino que la distribución de estos es dispersa.
Esto refleja la gravedad del fenómeno debido a que no existen puntos críticos hacia donde se puedan dirigir acciones, sino que la problemática se presenta de manera desproporcionada en términos de aparición de lotes de deforestación y de distribución, lo que hace necesaria múltiples acciones en múltiples sitios para contrarrestar la problemática y sus impactos asociados.
Resguardos indígenas
El 13% de la deforestación del departamento se centró en los Resguardos Indígenas
Resguardo Indígena Nukak Makú y Sabanas de la Fuga
El resguardo indígena Nukak - Makú presentó la mayor deforestación en el departamento con 2.153 hectáreas de bosque transformado, gran parte corresponde a ampliación de lotes existentes, aperturas de infraestructura vial ilegal, ganadería, cultivos de uso ilícito, adicionalmente en el límite norte, fuera del resguardo se localizan las sabanas naturales de Fuga que están siendo presionadas por los cultivos agroindustriales que avanzan en dirección del resguardo.
Al interior del resguardo se han identificado ocho lotes de invasores que han transformado el bosque para establecer pastos para ganado y sembrar cultivos de uso ilícito. Para el periodo han deforestado 332 hectáreas en total.
El bosque denso alto de tierra firme es el más presionado por las actividades ilícitas como principal motor de pérdida de la cubierta vegetal y representatividad del ecosistema especialmente en el sector del Caño Macú.
Bosques inundables de galería, la presencia de cultivos agroindustriales como la palma africana y el eucalipto han acelerado el proceso de transformación de los ecosistemas naturales herbáceos y arbóreos en al menos 4.178 hectáreas.
Afectación por tipos de ecosistemas
Tabla de afectación de ecosistemas en las ventanas analizadas
A nivel general se concluye que los ecosistemas de bosque fragmentado y la vegetación secundaria presentan el grado más alto de disturbio por pérdida de cubierta natural. En segundo lugar, se encuentran los bosques densos altos de tierra firme y dos ecosistemas acuáticos (bosques densos inundables y riparios). Finalmente, las coberturas de tipo herbáceo registran las cifras más bajas de transformación.
SOBREVOLANDO EL GUAVIARE
Video sobrevuelo departamento del Guaviare
LECCIONES APRENDIDAS Y RECOMENDACIONES
- Las vías ilegales en el departamento están acelerando el proceso de pérdida de bosque ya que facilitan el acceso y permiten la consolidación de la ocupación, por ello es importante controlar su expansión ya que está afectando la biodiversidad y acabando con los corredores de conectividad ecológicos. Específicamente, las vías que se están consolidando en: El eje Puerto Cachicamo hacia La Tunia, El eje Calamar – Miraflores, La vía Aguabonita – La Paz, Eje San José-Caño Mosco-Río Inírida, Eje Caño Makú – Río Inírida, Ejes entre Calamar y Río Apaporis.
- Estrategias de Gobierno como la de control a la deforestación plasmada en los operativos militares de “Artemisa” no han sido lo suficientemente efectivos a través del tiempo en el departamento del Guaviare ya que se observa que las intervenciones en el sector de Angoleta y Manaviri, al interior del PNN Serranía de Chiribiquete se siguen presentando. El aumento en áreas de deforestación, perdida de presencia institucional, indican el nivel de reto que representan estas zonas. El corredor de conectividad Amazonia – Andes está más amenazado que nunca en la zona de mayor proximidad de bosques entre el PNN Serranía de Chiribiquete y el PNN Sierra de la Macarena.
- Los resguardos indígenas de Nukak Makú y Llanos del Yarí - Yaguara II presentan altos niveles de deforestación que suman más de 3.000 hectáreas generadas por invasores ajenos al resguardo, se hace urgente continuar con el proceso de recuperación de la gobernabilidad de estos resguardos y por ende el retorno al territorio de sus comunidades indígenas.
En el resguardo Yaguará, el proceso liderado por la Procuraduría para asuntos étnicos, quien le hace seguimiento al cumplimiento de la orden de restitución de tierras, debe ser apoyado. En ese sentido, temas como el alinderamiento físico y definitivo, la verificación y rectificación de áreas veredales, así como el control en el avance de nuevas vias que se dirigen hacia el PNN Chiribiquete, son urgentes.
En el resguardo Nukak Makú, la presión comercial sobre sus tierras, habida cuenta de la instalación cada vez mayor de fincas ganaderas, siembras de chontaduro, avance de los cultivos de eucalipto y palma en sus linderos, y la masiva entrada de cultivos de coca, generan un ambiente cada vez mas complejo para su potencial restauración, y la cada vez mas distante ruta de retorno. En ese resguardo adicionalmemte, se presentan las tensiones de todos los grupos armados ilegales, que se disputan cada vez mas las rutas del narcotráfico y el control sobre las zonas de inversiones de gran tamaño que acompañan la instalación de la agricultura agroindustrial de las sabanas de la Fuga, y algunas dentro del mismo resguardo.
Este complejo escenario, amerita la declaratoria de un alerta socio ambiental, en un territorio que esta cada vez mas cerca de un punto de no retorno ambiental y social.
- Las afectaciones de los ecosistemas naturales herbáceos y arbóreos que se encuentran en las sabanas de la Fuga está creciendo muy rápidamente debido a la siembra y preparación de cultivos de agroindustria lo cual está acabando con este ecosistema transicional. La conectividad del corredor entre el bioma amazónico y orinocense está viéndose afectado de manera sensible por la transformación de estos ecosistemas amparados bajo la figura de la Reserva Forestal de la Amazonia.
- La conectividad ecológica de la región está entrando en estado crítico ya que el corredor norte que conecta a la amazonia con la Orinoquia está desapareciendo lo que dificultará el flujo ecológico de los ecosistemas, el desarrollo de sus hábitats y el desplazamiento de las especies que allí habitan, dado el impacto de otras formas de agricultura intensiva sobre los bosques inundables del rio Guaviare, principalmente por cultivos de arroz.
- La apropiación ilegal de tierras, la creación de infraestructura vial y la ganadería extensiva son los tres motores que más aportan a la deforestación en el departamento del Guaviare y eso se refleja en las grandes extensiones de lotes sin actividad productiva asociada para el caso de la apropiación de tierras, los nuevos pastos sembrados para ganadería empujado estos dos por facilidad de los accesos que da la existencia de una vía. La apropiación de tierras, está directamente relacionada con un aumento sensible del Hato Ganadero, el cual está afectando principalmente la Reserva Forestal, consolidando la ampliación de la frontera agropecuaria, muchas veces acompañado de estímulos sectoriales, ya sea del gobierno nacional o departamental. La revisión de la zonificación para las zonas de ganadería en el Guaviare se hace urgente así como la exclusión de zonas que incluyan restricciones a la movilización de ganado y productos.
- Aunque no se cuenta aún en el país con el inventario de cultivos de uso ilícito para el año 2019 es notable el incremento de los cultivos ilícitos en la región, ya que la aparición de nuevos parches dispersos con áreas menores de 2 hectáreas da inferencia que esto está pasando. Es necesario revisar los criterios de sustitución que se vayan a implementar, para no entrar en conflictos de restricciones de uso que perpetúen la insostenibilidad de las inversiones y asentamientos en zonas de alta sensibilidad.