Volcán Pululahua

Mapa de los peligros volcánicos potenciales asociados con el volcán Pululahua

1. Introducción

El Volcán Pululagua está localizado a 18 km al Norte de Quito en la Provincia de Pichincha. En un pequeño volcán que comprende una caldera circular con un diámetro de 6 km, abierta al noroccidente, el complejo dómico Pondoña a su interior y una serie de domos localizados en la periferia. La última erupción ocurrió hace solo 2305 años y por lo tanto hay que considerarlo como activo con probabilidad que vuelva a erupcionar en el futuro. A continuación se describen los peligros volcánicos que están representados en el mapa adjunto: flujos piroclásticos, caídas lahares, flujos de lava y domos, derrumbes y gases volcánicos.

2. Peligros Asociados

2.1 FLUJOS PIROCLÁSTICOS

Los flujos piroclásticos comprenden masas nubosas calientes de gas, ceniza y fragmentos de roca y piedra pómez que se desplazan horizontalmente siguiendo la topografía a grandes velocidades. Se pueden originar por colapso de la columna eruptiva, por desborde del material piroclástico sobre el filo de la caldera o por explosiones dirigidas lateralmente. La peligrosidad de este fenómeno se atribuye a sus altas temperaturas, grandes velocidades que alcanza y amplias extensiones que cubre. Comúnmente las temperaturas varían de 350 a 850°C, las velocidades alcanzan de 50 a 250 km/h y las áreas que quedan afectadas varían de 10 a 600 km 2 . Esta combinación de factores causa que los flujos piroclásticos destruyan todo lo que encuentran a su paso. Cualquier forma de vida muere por impacto de material, sofocación y/o quemaduras; mientras tanto, los edificios y estructuras resultan arrasados, enterrados y/o quemados. Debido a esta capacidad devastadora, los flujos piroclásticos son considerados como el fenómeno volcánico más letal, siendo las posibilidades de sobrevivir su avance casi nulo.

En el mapa adjunto se han delimitado en rojo las zonas donde existe el máximo peligro por la ocurrencia de un flujo piroclástico. Estas zonas fueron determinadas combinando los límites de los depósitos mapeados con el concepto de línea de energía para el cual se asumió un colapso de la columna eruptiva a los 1600 m y una línea de energía a 12°. En caso que el volcán entre en una fase eruptiva, las personas que viven en esta zona tendrán que ser evacuadas. Las zonas de menor peligro, para las cuales se asumió que el colapso de la columna ocurriría a los 2000 m, están indicadas en rosado. Estas áreas solo tendrían que ser evacuadas en caso que una erupción muy grande fuera pronosticada.

El riesgo asociado con el peligro de un flujo piroclástico es grande debido a la gran cantidad de personas que viven en San Antonio de Pichincha, Calacalí y Pomasqui, áreas de máximo peligro. Según el censo de 1982 viven más de 20.000 personas en la zona roja.

2.2 FLUJOS DE LAVA Y DOMOS

Cuando durante una erupción el contenido de gas del magma se vuelve relativamente bajo, se forma lava, la cual, dependiendo de su viscosidad, puede fluir para formar flujos de lava,  o acumularse formando domos. Los peligros que presentan cada unos de los fenómenos son diferentes.

Flujos de lava son corrientes de roca fundida, relativamente fluida, que comúnmente salen del cráter o de grietas en los flancos del volcán. Tienen normalmente forma de lengua, se restringen a los drenajes disponibles y viajan ladera abajo hasta decenas de kilómetros. Se mueven generalmente a bajas velocidades, medidas en decenas y raramente centenares de metros por hora. La distancia que alcanza un flujo depende de la viscosidad de la lava, de su volumen, la pendiente de su camino y de los obstáculos encontrados. A pesar de que los flujos destruyen todo lo que encuentran a su paso, debido a su baja velocidad, se pueden estimar su rumbo y avance, y así evacuar la población en peligro.

Si el punto de emisión estuviera localizado dentro de la caldera del Pululagua, los flujos de lava se limitarían a ella y al Río Blanco al Noroccidente. Estas zonas están indicadas en rojo en el mapa adyacente.

Puede ser peligrosa también la formación de domos porque durante su crecimiento los flancos se pueden volver inestables y que al colapsarse generarían unas avalanchas de ceniza y fragmentos volcánicos de tamaño variable, denominada flujo de colapso de lava. Estas avalanchas están caracterizadas por apreciables velocidades y extensiones. Los peligros asociados a estos flujos son iguales que para flujos piroclásticos.

En el Volcán Pululagua se han formando muchos domos tanto dentro como fuera de la caldera. Si en una futura erupción los domos crecen dentro de la caldera, los flujos de colapso de lava destruirían todo lo que se encuentra dentro de la caldera y hacia el noroccidente. Si los domos se desarrollan en los flancos exteriores, áreas pobladas podrían ser destruidas. Pero, las áreas precisas que serían afectadas no se podrían determinar hasta que empiece a desarrollar un nuevo domo.

2.3 DERRUMBES

Debido a las bruscas pendientes de las paredes interiores de la caldera, así como a los domos del complejo, es de esperar derrumbes locales generados allí por la sacudida de una erupción o sismos. Por lo tanto, se recomienda que no se desarrolle ninguna infraestructura cerca de la base de los domos o de las paredes interiores de la caldera.

2.4 GASES ERUPTIVOS

Antes, durante y después de la reactivación de un volcán, es común detectar un notable aumento en los gases que emite el volcán. Tales gases consisten principalmente de vapor de agua; sin embargo, casi siempre comprenden también gases peligrosos. En zonas altas, sopladas continuamente por vientos, tales gases se dispersan rápidamente. Al contrario, en depresiones como en la caldera del Pululagua y en partes bajas, estos gases pueden acumularse y alcanzar concentraciones letales. Por lo tanto, será necesario evacuar a la población de la caldera tan pronto como se reactive el volcán.

Leyenda

ZONA DE MAYOR PELIGRO: Esta es la zona de máximo peligro. Durante una erupción grande ésta área podría ser devasta por flujos volcánicos calientes y rápidos y/o flujos de lodo que también se propagan a grandes velocidades. La actividad sería acompañada por la caída de rocas, ceniza y polvo. La probabilidad de sobrevivir sería muy reducida y por lo tanto será necesaria la evacuación de todas las personas de esta zona en caso de una inminente erupción.

ZONA DE MENOR PELIGRO: En esta zona el peligro es menor. Si una erupción de mayor tamaño ocurriera, la zona podría ser devastada por flujos volcánicos calientes y rápidos y/o lahares. Se podría permanecer dentro de esta zona siempre y cuando uno se mantenga vigilante y abandone inmediatamente la zona cuando empiece la erupción.

2.5 LAHARES

Los lahares comprenden una mezcla de material volcánico (roca, ceniza, pómez) y agua en proporciones variables, las cuales una vez combinados, viaja rápidamente pendiente abajo, siguiendo el curso de las quebradas. Estos son fenómenos comunes cuando abunda el agua, ya sea por la presencia de un lago en el cráter, de un casquete de hielo y nieve, de lluvias fuertes o cuando un flujo piroclásticos entra en contacto con un río. La peligrosidad asociada con este fenómeno se le atribuye al volumen y extensión del lahar generado, el cual a su vez depende del volumen de agua disponible, de la gradiente y del encañonamiento de los drenajes, de la fluidez del flujo y de la cantidad de material suelto en los alrededores del volcán. Se han observado velocidades de 40 a 100 km/h en lahares históricos de otros volcanes pudiendo extenderse no solo decenas sino cientos de kilómetros, arrasando con todo lo que encuentra a lo largo del cauce y a orillas de los drenajes afectados. Típicamente dejan a su paso un depósito de escombros de varios metros de espesor. El principal peligro para la vida humana debido a estos flujos es por enterramiento o impacto de bloques y otros escombros. Los edificios y otros bienes que están en el camino del flujo pueden ser destrozados, enterrados o arrasados. Debido a su alta velocidad, los flujos pueden mover y aún arrastrar objetos de gran tamaño y peso, tales como puentes, vehículos, árboles, etc.

En futuras erupciones del Pululagua, podrían producirse lahares principalmente por aguaceros asociados con una erupción o por flujos piroclásticos que alcancen los ríos, pues existe una notable carencia de agua superficial en las cercanías de la caldera. En la zona existen peligros por lahares en la zona roja y a lo largo de los ríos que se originan en los flancos y al interior de la caldera indicado en gris. En el área de mayor peligro por lahares, indicada en gris obscuro, el lahar podría alcanzar hasta 80 m sobre el nivel del río y en la de menor peligro, indicada en gris claro, el lahar podría alcanzar hasta 120m.  En el mapa regional se puede apreciar que las zonas aledañas al Río Guayllabamba y Río Esmeraldas podrían también ser afectas, en las zonas de la costa se esperarían crecidas de solo unos metros. Durante una erupción los moradores deben abandonar las partes bajas del valle y buscar refugio en las partes altas. Un sistema de alarma debería ser instalado para alertar sobre el avance de un lahar.

Se podrían formar lahares secundarios si se presentara una fuerte lluvia después que se depositen los materiales volcánicos. Su magnitud y peligro dependerá de la naturaleza y espesor de ceniza suelta que cubra la zona, así como la cantidad y de la rapidez de la lluvia que caiga.

Debido a la gran cantidad de material suelto y no consolidado en el área, se podrían desarrollar aluviones después de una tempestad que afectarían principalmente a las Quebradas Colorado y Santa Ana. Por lo tanto se recomienda que estas áreas sean desarrolladas como parque y áreas recreativas y que no sean habitadas.

Si ocurriere una erupción, lahares peligrosos podrían bajar por los valles y extenderse hasta grandes distancias del volcán. Las personas que viven y trabajan en estas áreas deben mantenerse vigilantes y estar de guardia día y noche durante una crisis volcánica. Se deben evitar los fondos del valle, debiendo alejarse hacia las zonas altas. Sería muy importante instalar un sistema de alarma para avisar a los moradores aguas abajo en caso de existir un peligro inminente. .

2.6 CAIDA DE PIROCLASTOS

Durante una erupción, gas, ceniza y fragmentos de piedra pómez y roca son lanzados al aire; los fragmentos más grandes caen cerca del volcán, mientras que las partículas más finas son llevadas por el viento y caen a mayores distancias, cubriendo la región con una capa de ceniza medida en milímetros y centímetros de espesor. La peligrosidad asociada con una caída  es función del volumen de material arrojado, intensidad y duración de la erupción, rumbo y velocidad del viento, distancia del punto de emisión, densidad del material que cae y su temperatura.

La distancia del punto de emisión es crítica: mientras más cerca, mayor es el tamaño del material que cae. Los fragmentos mayores son los más peligrosos al poder causar heridas y hasta la muerte de personas y daños a estructuras por impacto. Los fragmentos más grandes también retienen mejor el calor y podrían originar incendios. El peligro que se colapse el techo aumenta grandemente si la ceniza está húmeda, pues al estar húmeda la densidad de los piroclastos se duplica o hasta triplica. Al adherirse a líneas telefónicas y eléctricas pueden causar daños a estos servicios.  Además de los peligros mencionados, las caídas podrían causar dificultades para respirar, la ceniza ingerida ocasionaría hasta la muerte del ganado, la visibilidad podría ser reducida a cero y, con unos pocos centímetros de espesor se paralizaría el transporte.

Las cenizas también pueden contaminar el agua, matar sembríos y dañar máquinas. Un impacto grave es la pérdida de los terrenos agrícolas y pastizales a largo plazo, que demandaría la evacuación del ganado y la alimentación de los damnificados por el estado. Sin embargo, aunque los daños causados por caídas producen muchos inconvenientes no han sido la causa de grandes pérdidas de vida en tiempos históricos.

Los límites de las zonas que podrían ser afectadas por caídas están basados en la distribución mapeada de determinados depósitos de caídas en el Volcán Pululagua y en otros volcanes del Ecuador, así como en datos sobre direcciones y velocidades de viento proporcionados por la Dirección de Aviación Civil. Como se puede apreciar en el mapa, la zona más próxima a la caldera y al Oeste del volcán está en el mayor peligro de ser afectadas.

En base a los estudios realizados de los depósitos de caída del Volcán Pululagua se han delimitado dos zonas principales de peligro. La zona de mayor peligro tendría la probabilidad de recibir más de 25 cm de piroclastos, mientras que en al de menor peligro probablemente sea cumularían de 5 a 25 cm. En caso que durante una erupción se produzcan caídas de material volcánico, las personas en las áreas afectadas deberían buscar refugio y, si permanecen al aire libre, será necesario utilizar varias capas de ropa y un pañuelo húmedo para taparse la nariz y boca. Para prevenir el colapso de techos será necesario limpiarlos de materia continuamente, no permitiendo que éste se acumule. Debido a que existen numerosos domos tapando el probable punto de emisión se podía esperar que muchos fragmentos de roca sean lanzados sobre la zona durante la erupción.

3. Mapa de peligro

Debido a su escala (1:50 000), este documento se presenta como un instrumento de planificación regional, dirigido a las autoridades, encaminado a la toma de decisiones y la gestión del riesgo en caso de una eventual erupción del volcán Pululahua. Las investigaciones de este trabajo están basadas en el reconocimiento en el terreno.

Se debe aclarar que los límites de las zonas de amenaza volcánica son aproximados y que de ninguna manera constituyen límites absolutos porque son referenciales. Esto se debe a que los fenómenos eruptivos pueden variar enormemente en su magnitud, su alcance, su volumen, y por lo tanto en su extensión lateral y longitudinal