NALCMS
Sistema de Monitoreo del Cambio en la Cobertura del Suelo de América del Norte
El Sistema de Monitoreo del Cambio en la Cobertura del Suelo de América del Norte (NALCMS, por sus siglas en inglés) es una iniciativa de colaboración entre Canadá, Estados Unidos y México para representar cartográficamente la cubierta superficial del subcontinente y monitorear sus cambios en el tiempo.
Esta iniciativa genera mapas de cobertura del suelo de libre acceso, ya sea a una resolución espacial de 250 m, a partir de imágenes obtenidas por el sensor MODIS (espectrorradiómetro de imágenes de resolución media), o bien de 30 m, utilizando imágenes Landsat-7 para Canadá y Estados Unidos e imágenes RapidEye para México.
Desplácese hacia abajo para conocer más sobre los tipos de cobertura del suelo en América del Norte y la iniciativa NALCMS de la CCA, o visualice el mapa “Cobertura del suelo de América del Norte, 2015” con una resolución espacial de 30 metros.
El término “cobertura del suelo” se usa para describir las características físicas de la superficie terrestre, y difiere del término “uso de suelo”, el cual describe la superficie asignada a actividades humanas.
La cobertura del suelo se puede representar cartográficamente utilizando ya sea información directa de estudios en campo o bien imágenes satelitales, en las que la clasificación se deriva principalmente de las características físicas de la superficie de la Tierra distinguibles mediante sensores remotos y algoritmos automatizados, y no a partir de la interpretación visual humana. En cualquiera de los casos, el mapeo de la cobertura del suelo se beneficia de todas estas fuentes de información.
Las clases de cobertura del suelo describen características naturales como bosques tropicales, matorrales, pastizales, cuerpos de agua y suelo desnudo, pero también características de superficies modificadas por la actividad humana, como áreas con cubierta de asfalto y tierras de cultivo.
Entre los ejemplos de clases de uso de suelo se incluyen zonas de conservación, áreas recreativas, zonas industriales y otras que describen explícitamente la superficie vinculada actividades humanas.
Algunas clases corresponden tanto a cobertura del suelo como a uso de suelo, ya que describen áreas que pueden ser identificadas por sensores remotos, pero también relacionadas con actividades humanas, teles como zonas urbanas o tierras de pastoreo.
Los diferentes tipos de áreas forestales se pueden clasificar en función de su “firma espectral” (es decir, la forma en que los distintos tipos de material reflejan la energía).
La diversidad forestal en América del Norte se expresa desde bosques tropicales perennifolios en el sur de México, hasta bosques subpolares de coníferas en Estados Unidos y Canadá, pasando por bosques templados en regiones montañosas en México, entre otros.
Los sensores remotos a bordo de sistemas de observación de la Tierra como Landsat y RapidEye registran la firma espectral de las superficies; luego, sistemas de clasificación automatizados facilitan el mapeo de la cubierta forestal en grandes extensiones de territorio.
Aunque las zonas urbanas son elementos de creación humana en la superficie terrestre, las ciudades y áreas similares se pueden clasificar utilizando información derivada de imágenes satelitales, ya que tienen firmas espectrales distintivas.
La región de América del Norte cuenta con algunas de las zonas metropolitanas más densamente pobladas del hemisferio occidental (tales como, Ciudad de México, Nueva York, Los Ángeles), mientras que extensas áreas en el ártico canadiense y Alaska tienen poblaciones muy pequeñas y dispersas.
Las grandes zonas metropolitanas, al igual que las pequeñas localidades, pueden representarse cartográficamente utilizando información satelital en conjunto con datos auxiliares como capas de superficies urbanas, redes de carreteras e información de estudios de campo.
Las actividades relacionadas con la ganadería suelen requerir grandes extensiones de tierra. Estas áreas, utilizadas principalmente para el pastoreo, presentan características similares, ya sean pastizales naturales o inducidos.
Los pastizales se pueden encontrar en la mayor parte de América del Norte, desde entornos tropicales a lo largo del golfo de México hasta las llanuras templadas de Canadá y Estados Unidos.
La clasificación de las zonas de pastizales puede beneficiarse de la información obtenida de sensores remotos, que miden las características físicas de los pastizales y los definen como un tipo específico de cobertura del suelo. La explotación de los pastizales como zonas de pastoreo describe su uso de suelo.
Los cuerpos de agua naturales, como lagos, ríos y arroyos, representan un tipo de cobertura del suelo; mientras que los cuerpos de agua artificiales (o modificados), como los embalses, describen un tipo de uso de suelo.
La mayor proporción de agua dulce superficial en el mundo corresponde a América del Norte, gracias a los Grandes Lagos, en la región fronteriza entre Canadá y Estados Unidos, y a lagos de gran tamaño en los Territorios del Noroeste canadiense, que en conjunto constituyen las reservas de agua dulce más importantes del subcontinente.
Los sensores remotos proporcionan información de utilidad en la clasificación de cuerpos agua, como lagos y ríos. Debido a que el agua refleja energía de manera muy distintiva, los algoritmos automatizados pueden discriminarla de otras clases de cobertura del suelo.
Explore la diversidad de la cobertura del suelo de América del Norte.
Usos de la información sobre cobertura del suelo
La información sobre cobertura del suelo es relevante para diferentes disciplinas y aplicaciones. Los modelos climáticos, el análisis del secuestro de carbono, el mapeo de hábitats de vida silvestre, los modelos hidrológicos, la gestión de desastres, el análisis de servicios ambientales, las evaluaciones de calidad del agua, la mitigación de los efectos de la deforestación y la planificación urbana son ejemplos de actividades o aspectos del conocimiento que se benefician de la información sobre la cobertura del suelo.
Los mapas de cobertura del suelo también constituyen una herramienta valiosa para la toma de decisiones en relación con la gestión del territorio a escalas local, regional y nacional. Los mapas detallados de la cobertura del suelo pueden revelar cambios a lo largo del tiempo, lo que a su vez puede servir de base a acciones de planificación y estrategias de conservación.
Modelos climáticos
La cobertura del suelo es una de las 13 variables climáticas esenciales (junto con la biomasa y el uso del agua, por ejemplo). Los cambios en la cobertura del suelo a escala local o regional afectan la dinámica de la Tierra, pues modifican patrones de temperatura y precipitación que influyen directamente en las condiciones climáticas a escala global.
La pérdida de la cubierta forestal y su conversión a matorrales o pastizales, por ejemplo, afectan la cantidad de agua que el suelo puede retener. Estos cambios en la cobertura del suelo tienen un impacto en los procesos de evapotranspiración y modifican el equilibrio energético entre la superficie de la Tierra y la atmósfera, lo que provoca la liberación de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Ordenamiento territorial
Los mapas de cobertura del suelo son una herramienta valiosa para mostrar dónde se han producido cambios y reportar pérdidas y ganancias entre clases de cobertura del suelo. Estos mapas sustentan decisiones en todos los niveles, en relación con la planificación urbana, la conservación forestal, la gestión de parques nacionales, la expansión industrial, etcétera.
Evaluación de emisiones de gases de efecto invernadero
Las plantas, la materia orgánica y el suelo pueden almacenar carbono, evitando su emisión a la atmósfera y los consecuentes efectos en las condiciones climáticas.
La cubierta superficial está directamente relacionada con este proceso de secuestro de carbono, ya que el tipo de cobertura del suelo ayuda a determinar cuánto carbono de la atmosfera se puede fijar en la superficie.
Los bosques y los humedales, por ejemplo, tienen una mayor capacidad de almacenamiento de carbono que los pastizales y los suelos desnudos. Es por ello que contar con información sobre el cambio de la cobertura del suelo puede facilitar la evaluación de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Predicción y preparación para hacer frente a eventos climáticos extremos
Los cambios en la cobertura del suelo también están vinculados a eventos climáticos extremos que pueden tener efectos negativos en las poblaciones humanas y en el medio ambiente.
La pérdida de vegetación y otros cambios en la cubierta terrestre pueden aumentar la vulnerabilidad de las comunidades a eventos climáticos extremos como inundaciones, aludes o deslizamientos de tierra, erosión costera e incendios forestales.
La información precisa y actualizada sobre la cobertura del suelo ayuda a los responsables de la toma de decisiones a comprender cómo los cambios en las condiciones naturales pueden influir en las dinámicas de peligro y riesgo, y sirve como herramienta para la respuesta en caso de desastres.
Leyenda NALCMS
Mapas fuente
Publicaciones
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