Antonio Machado
1875-1939
1883
El abuelo Antonio, con 68 años y el apoyo de Giner de los Ríos y otros colegas krausistas, gana una oposición a la cátedra de Zoografía de Articulaciones Vivientes y Fósiles en la Universidad Central de Madrid. La familia acuerda trasladarse a la capital española donde los niños Machado tendrán acceso a los métodos pedagógicos de la Institución Libre de Enseñanza.
José Luis Cano, en su biografía de Machado, cuenta que una mañana de primavera, antes de salir para Madrid, «Demófilo» llevó a sus hijos a Huelva a conocer del mar.
El 8 de septiembre de 1883, el tren en el que viajaba la familia Machado hizo su entrada en la estación de Atocha. Diez días después, Manuel (nueve años), Antonio (ocho) y José (cuatro), ingresan en el local provisional de la Institución Libre de Enseñanza. A lo largo de los próximos años, sus profesores serán el propio Giner de los Ríos, Manuel Bartolomé Cossío, Joaquín Costa, José de Caso, Aniceto Sela, Joaquín Sama, Ricardo Rubio, y otros maestros menos conocidos como José Ontañón, Rafael Torres Campos o Germán Flórez. Entre sus compañeros estaban: Julián Besteiro, Juan Uña, José Manuel Pedregal, Pedro Jiménez-Landi, Antonio Vinent o los hermanos Eduardo y Tomás García del Real.
La Institución, en coherente armonía con el ambiente familiar de los Machado, marcarían su ideario intelectual.
Sedes de la ILE hasta instalarse de forma definitiva en Paseo del General Martínez Campos, 14.
1895
Retrato de Juan Ramón Jiménez hacia 1900.
Antonio Machado aún no había acabado el bachiller. Al año siguiente, dos días antes de su vigesimoprimer cumpleaños, murió su abuelo, el luchador krausista, íntimo amigo de Giner y eminente zoólogo. A la pérdida familiar se unió el descalabro económico de una familia de la que Juan Ramón Jiménez dejaría este cruel retrato en su libro El modernismo. Notas de un curso: «[...] Abuela queda viuda y regala casa. Madre inútil. Todos viven pequeña renta abuela. Casa desmantelada. Familia empeña muebles. No trabajan ya hombres. Casa de la picaresca. Venta de libros viejos».
1903/1908, Entre 1903 y 1908, el poeta colaboró en diversas revistas literarias: Helios (que publicaba Juan Ramón Jiménez), Blanco y Negro, Alma Española, Renacimiento Latino o La República de las Letras. También firmó el manifiesto de protesta a raíz de la concesión del premio Nobel de Literatura a José Echegaray. En 1906, por consejo de Giner, preparó oposiciones a profesor de francés en Institutos de Segunda Enseñanza, que obtuvo al año siguiente.
Algunas de las revistas literarias en las que colaboró Antonio Machado.
1924, Nuevas canciones .
1926, Juan de Mañara (teatro). Machado, que ahora contaba con la ventaja de la cercanía de Madrid, visitaba cada fin de semana la capital participando de nuevo en la vida cultural del país con tanta dedicación que a menudo «perdió el tren de regreso a Segovia muchos lunes, y bastantes martes». Este nuevo estatus de perfil bohemio le permitiría recuperar la actividad teatral junto a su hermano Manuel.
Portada de la revista ilustrada La Esfera del 2 de abril de 1927. Noticia de la elección de Antonio Machado como miembro de la Real Academia Española.
1927, En 1927, Antonio Machado fue elegido miembro de la Real Academia Española, si bien nunca llegó a tomar posesión de su sillón. En una carta a Unamuno, el poeta le comenta la noticia con sana ironía: «Es un honor al cual no aspiré nunca; casi me atreveré a decir que aspiré a no tenerlo nunca. Pero Dios da pañuelo a quien no tiene narices...».
1928, En junio de 1928, Pilar de Valderrama viajó sola a Segovia y, con el pretexto de salir de una depresión con una cura de descanso y soledad, se hospedó en el mejor hotel de la ciudad. Sin embargo, el objetivo real del viaje era iniciar una casta amistad profesional con el poeta.
Pilar pertenecía a la alta burguesía madrileña; casada y madre de tres hijos, era autora de algunos libros de poemas. Durante casi nueve años hizo las funciones de musa y «oscuro objeto del deseo» de un rejuvenecido Machado que inmortalizó aquel espejismo poético con el nombre de Guiomar. Todo parece indicar que Pilar de Valderrama nunca estuvo enamorada de Machado, como parece deducirse de lo escrito en su libro de memorias Sí, soy Guiomar, libro escrito en su vejez y publicado de manera póstuma, para insistir en el carácter platónico de su relación con el poeta, pero sin explicar por qué de ser así se mantuvo en secreto con tanto celo. Tampoco explicó la inspiradora de Guiomar por qué quemó la mayoría de las cartas que recibió de Machado, cuando abandonó Madrid, rumbo a Estoril, en junio de 1936, un mes antes del golpe de Estado.
Machado continuó escribiendo versos a Guiomar. Entre ellos, sobresale el soneto incluido -y en cierto modo camuflado- en sus Poesías de guerra; soneto escrito en Valencia y, en opinión de los más románticos, última de sus secretas cartas a Pilar, a quién Machado suponía aún refugiada en Estoril.
De mar a mar, entre los dos la guerras
más honda que la mar. En mi parterre,
miro a la mar que el horizonte cierra.
Tú asomada, Guiomar, a un finisterre,
miras hacia otra mar, la mar de España
que Camoens cantara, tenebrosa.
Acaso a ti mi ausencia te acompaña.
A mí me duele tu recuerdo, diosa.
La guerra dio al amor el tajo fuerte.
Y es la total angustia de la muerte,
con la sombra infecunda de la llama
y la soñada miel de amor tardío,
y la flor imposible de la rama
que ha sentido del hacha el corte frío.
Las adelfas (teatro).
Imagen del estreno de La Lola se va a los puertos en 1929, La Lola se va a los puertos (teatro).
En la Web...
Documentales, canciones y teatro:
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